Apareció en un
edificio de grandes dimensiones relacionado con el uso del agua, en el
yacimiento arqueológico de los Torrejones. El material empleado en la ejecución
del busto es mármol blanco de gran calidad y está datado en el siglo II,
concretamente en el 135, unos tres años antes de la muerte del emperador.
Presenta una altura de 52 cm y una profundidad de 28 cm. El excelente estado
de conservación que presenta, permite un estudio detallado del mismo.
La cabeza se
encuentra ligeramente girada hacia la izquierda. Casualmente, el uso de la
barba se generaliza en los retratos romanos a partir de este emperador, así
que, no es extraño que aparezca con el rostro barbado y cabello ondulado como
venía siendo habitual, moda que continuará en el futuro. Cabría destacar que
esa disposición de los mechones provoca en su frente una especie de aureola. A
pesar de ser una imagen ejecutada cuando el emperador contaba cerca de 60 años,
no refleja esa edad, pues los rasgos de la vejez no se podían presentar en el
rostro de la máxima autoridad, ya que sería un indicio de decadencia, de
debilidad, de falta de fuerzas física y mental. En fin, de ser un gobernante
cuya capacidad para el cargo se encontraría mermada. Por lo tanto, los
emperadores aparecen representados, en general, en una joven edad madura. Lo
cual, no quiere decir que no haya nada de realismo en la escultura, pero la
tendencia a la idealización del personaje es evidente, algo que no sucedía con
otros ciudadanos romanos más corrientes.
R.R.C.