miércoles, 5 de noviembre de 2025

Diamante Hope

 

     Expuesto en el Museo Nacional de Historia Natural de Washington, he podido obtener esta preciosa foto de National Geographic, del diamante natural de color azul intenso más grande y famoso del mundo. Hallado en la India, un comerciante francés, Jean-Baptiste Tavernier, lo trajo a Europa para ofrecerlo a Luis XIV en el siglo XVII, el cual lo compró. Una vez tallado definitivamente en forma de cojín alcanzó un peso de 45 quilates y medio, cuando su peso en bruto era de 115. Es un diamante muy poco frecuente considerado de fantasía o fancy color, que no se le pueden aplicar las escalas que se tienen en cuenta para determinar la calidad en cuanto a tonalidad de los diamantes blancos. En principio, los diamantes son carbono puro cristalizado en el sistema cúbico. Ahora bien, a nivel atómico pueden contener en trazas otros elementos químicos o prácticamente nada. Si se realiza un espectro de infrarrojos en un laboratorio, puede determinar si en su red cristalina se han introducido otros elementos que alteren su color, en el caso del Hope se han encontrado átomos de boro, responsable pues, de su color azul. En definitiva, hay que buscar algo “infinitamente” pequeño, para poder explicar algo “infinitamente” hermoso.

     Como curiosidad, a este diamante se le atribuye una historia de desgracias a sus dueños como a ningún otro pedrusco, por lo que también se le reconoce como el diamante maldito. Luís XVI se lo regaló a María Antonieta, y ya sabemos todos cómo acabaron ambos, que perdieron todo del cuello para abajo. Sucesivos dueños posteriores padecieron desgracias ellos mismos o personas de su alrededor, hasta llegar a su último propietario que lo donó al museo donde actualmente se encuentra, convirtiéndose desde 1958 en una de las piezas más visitadas. Al ser un diamante único es imposible saber su valor si no se saca a subasta pública, aunque se le adjudica un precio de 350 millones de dólares. Como vemos en la imagen, se encuentra engastado a un collar. Lleven cuidado si lo contemplan.

NOTA: Este diamante no tiene nada que ver con el que sale en la famosa película Titanic, que fue una joya elaborada para la misma y, además, no es un diamante, pero probablemente se inspiró en él. 

      R.R.C.