Los
juegos públicos eran una práctica habitual en las antiguas ciudades romanas, y
protagonistas fundamentales de estos “juegos” eran los llamados gladiadores.
Eran hombres que empuñando su espada u otros instrumentos de lucha, se
enfrentaban a otros gladiadores, e incluso a peligrosas bestias, en la arena de
los numerosos anfiteatros repartidos por todo el Imperio, en presencia del
considerable público que había aficionado a estos espectáculos sangrientos. Se
les conocía con diversos nombres, dependiendo de los utensilios que portaran:
cascos, escudos, redes, etc. El ganador del combate era obsequiado con el
aplauso del público, o algún tipo de corona, y en época imperial con diferentes
cantidades de dinero.
Se sabe, que se construyeron más de cien escuelas para la formación de
gladiadores a lo largo y ancho del Imperio, pero prácticamente no quedan restos
de ellas, salvo en la propia Roma, Carnuntum en la actual Austria y en Pompeya al
sur de la península Itálica. En la ciudad romana de Éfeso en Asia Menor, se
descubrió un cementerio de gladiadores, y en un análisis forense de sus restos,
se pudo averiguar que se alimentaban a base de legumbres y cereales, lo que les
proporcionaba una gran corpulencia, tan necesaria para su labor combativa. Por
otra parte, los textos antiguos de los que se dispone confirman el estudio
anterior, pues nos transmiten que se alimentaban muy bien y seguían dietas para
conseguir el peso necesario para la lucha. A lo que habría que sumar masajes y
cuidados médicos, que estaban sólo al alcance de unos pocos en aquella época.
En fin, llevaban una vida de comodidades que no se correspondía con la baja
extracción social de la que procedían la mayoría de ellos. Los gladiadores eran
esclavos o prisioneros de guerra, a veces, también ciudadanos romanos que
habían caído en desgracia por deudas o cualquier otro motivo.
A cambio, los entrenamientos que llevaban a cabo casi todos los días, eran muy
duros, llevaban una vida solitaria y la arriesgaban en la arena del anfiteatro.
No gozaban de libertad y normalmente estaban sometidos a una dura rutina diaria
en sus centros de entrenamiento. Se conocía como “lanistas” a los
propietarios de estas escuelas de formación de gladiadores y normalmente tenían
mucho dinero. También, ostentaban un poder absoluto sobre la vida de ellos y de
los que iban reclutando.
Centrándonos en una escuela concreta de gladiadores, situada a unos
cuarenta kilómetros de Viena y ubicada en la antigua ciudad romana de
Carnuntum, capital de la provincia de Panonia, un equipo arqueológico de la
capital austriaca, nos confirma que su hallazgo tiene unos 1800 años de
antigüedad y que se encuentra en un complejo fortificado de 11000 metros
cuadrados; muy cerca de un anfiteatro para una capacidad de 13000 personas: El
espacio para los guerreros está organizado alrededor de una arena circular en
la que entrenaban, rodeado de galerías con celdas de entre tres a siete metros
cuadrados y con capacidad para hasta cuatro personas, aunque los gladiadores
solían estar solos, en palabras del responsable del equipo. La escuela contaba
con baños, cocina, comedor, sala de curas y un sistema de calefacción. Se
encontraba habitada por unos setenta y cinco gladiadores de forma permanente en
una de sus alas, mientras que en la otra, vivían los mejores luchadores y los
entrenadores.
Según Neubauer, director de la excavación, los espectáculos
se realizaban en el anfiteatro ya mencionado, que sólo se encontraba a 80
metros de donde ellos vivían y nos aclara que: Algunos gladiadores morían en
el primer combate, otros sobrevivían 50 o incluso más, y entonces tenían la
posibilidad de ser de nuevo libres. En última instancia, las oportunidades de
sobrevivir eran bajas y algunos alcanzaron la libertad.
No me gustaría acabar esta entrada, sin la opinión contraria a la actividad que
ejercían estos hombres en la arena de los anfiteatros y que tanto agradaba a
sus conciudadanos, del gran pensador romano del siglo I Lucio Anneo Séneca, como podemos comprobar en este
texto: Por casualidad, a
mediodía asistí a una exhibición, esperando un poco de diversión, unos chistes,
relajarme... Pero salió todo lo contrario... Estos peleadores de mediodía salen
sin ningún tipo de armadura, se exponen sin defensa a los golpes, y ninguno
golpea en vano... Por la mañana echan los hombres a los leones; al mediodía se
los echan a los espectadores. La multitud exige que el victorioso que ha matado
a sus contrincantes se encare al hombre que, a su vez, lo matará, y el último
victorioso lo reservan para otra masacre. Esta clase de evento toma lugar
estando casi vacías las gradas... Al hombre, sagrado para el hombre, lo matan
por diversión y risas. Creo
que no necesita aclaración. La mentalidad que demuestra Séneca en este
comentario, es la de un hombre que se adelantó varios siglos a la época que le
tocó vivir. Por cierto, el 1 de enero del año 404 d. de J.C. en la ciudad de
Roma tiene lugar la última competición entre gladiadores. Bueno, de la que
tenemos noticia.
Nota. La imagen que ilustra la entrada es un cuadro de 1872 de Jean-Léon Gérôme, titulado "Pollice Verso", que
significa: "con el pulgar hacia arriba".
R.R.C.
APÉNDICE AÑADIDO EL 16-5-2021:
COLLAR DE ESCLAVO ROMANO
Se trata de
un collar de hierro y bronce del siglo IV o V hallado en Roma en un punto indeterminado
y se encuentra en el Museo Nacional Romano. Han aparecido unos 45 collarines
más de este tipo, fundamentalmente en Roma y centro de Italia. Pende de él un
colgante elaborado en bronce de unos 7X5 cm. y 1 mm de grosor. Es probable que
sea el único ejemplo de esta clase (se ofrece una recompensa) que ha llegado
hasta nosotros, y supone una constatación arqueológica del fenómeno de la
esclavitud en la civilización romana. También cabría conjeturar que dicho
collar suponga un castigo para un esclavo que, al menos, intentó escaparse en
alguna ocasión. El aro de hierro se encuentra bastante desgastado, pero la chapa
redondeada con la inscripción presenta un buen estado de conservación.
¿Qué nos indica el rótulo? En latín dice
como sigue: “FUGITENEME- CVMREVOCV-
VERISME D(omino)M(eo)- ZONINOACCIPIS - SOLIDVM”.
Y que podríamos traducir al español: “Me he escapado; atrápame. Devuélveme a mi
amo Zonino, recibirás un sólido (una moneda de oro)”. La leyenda es clara y
contundente, esclarecedora de la severidad de la esclavitud en aquella época. Un
amo precavido y con pocas intenciones de manumitir* al esclavo. Menudo amo...
*Acto
jurídico de dar la libertad de hecho y de derecho a un esclavo por parte de su
dueño.
R.R.C.
APÉNDICE II AÑADIDO EL 21-9-2021:
COLLAR DE ESCLAVO ROMANO II
Este
colgante de esclavo romano realizado en bronce y de casi 6 cm de diámetro se
encuentra en el Museo Británico de Londres. Un pobre esclavo del siglo IV de
nuestra era se vio obligado a llevarlo colgado del cuello por el temor que
tenía el dueño a su posible fuga, ya que en caso de llevarla a cabo la
inscripción latina de la placa lo delataría. La leyenda en cuestión dice así: TENE ME NE FUGIA(m) ET REVO CA ME AD
DOM(i)NUM EVVIVENTIUM IN AR(e)A CALLISTI. Y que podríamos traducir: “Detenme
para que no huya, y devuélveme a mi señor Vivencio en la plaza pública de Calisto".
R.R.C.