De una belleza sin par es el cartucho real más bonito que
he contemplado. No cabe duda de que es una pieza valiosa de la orfebrería
egipcia, que en este caso se remonta a los albores del siglo X antes de J.C.
Integrado en el pectoral de Psusennes I fue descubierto en su tumba por el
arqueólogo francés Pierre Montet. Es una obra de arte por sí solo, como podemos
observar en los signos jeroglíficos policromados que contiene, sobre un fondo
dorado que contribuye a que destaquen aún más. En ellos, podemos leer el nombre
de este faraón en su lengua, la más hermosa del mundo a la hora de ponerla por
escrito. Otra cuestión de interés es el hecho, de que el punto de vista
principal de este cartucho sea horizontal, y no en posición vertical como suele ocurrir con los demás. Visto así, lo hace más exclusivo.
Sobre una base de
oro que se deja ver como fondo, cerrada por un borde de vidrio negro, se van
colocando los distintos signos coloreados hasta un total de nueve, buscando la
armoniosa distribución del “cuadrado perfecto” que todo escriba tenía in mente
cuando redactaba. Así, podemos ver el pato volando con cola larga en el
imaginario cuadrado central, y cuatro cuidados signos a ambos lados y en sus
respectivos “cuadrados”. Los materiales utilizados además de los mencionados son: feldespato, vidrio de distintos colores y algún otro componente más que
no puedo identificar.
Respecto a la
traducción del cartucho, es una tarea que ya acometí en entradas anteriores y, para comodidad del posible lector, vuelvo a traer aquí:
Debemos empezar a
leer por esa gran figura central que consiste en un pato volando con cola
larga. Aunque en otras ocasiones hace referencia a volar, cuando tiene un valor
figurativo, en este caso se emplea como artículo definido y lo podríamos
traducir por: la y sonaría Pa. Sin embargo, la estrella de cinco puntas que
aparece a su izquierda sí tiene un valor figurativo y representa al mismo astro
con sonido seba. El pequeño montículo con Sol naciente significa aparece y
suena ja. La línea quebrada inferior la podríamos pronunciar y traducir por en.
El círculo con la equis en su interior significa ciudad y suena niut. A la
derecha y en la parte superior del cartucho, nos encontramos con el nombre de
la divinidad Amón, representado por el junco en flor (que recuerda una pluma),
el tablero con siete fichas y la línea quebrada, obtendríamos el sonido imen.
Por último, la azada inferior es el verbo amar, que leeríamos mer y traducimos
por: amado. Luego, ya tenemos concluido tanto su pronunciación jeroglífica:
Pasebajaenniut merimen. Como su traducción al español: “La estrella que aparece
en la ciudad, amado de Amón”. Este sería el nombre de cuna del soberano,
conocido como Sa Ra (Hijo de Ra).
Nota: Imagen compuesta por el autor. R.R.C.