En uno de los lugares más calurosos,
áridos e inhóspitos de la tierra, decidieron los faraones del Imperio Nuevo
egipcio, hace unos tres mil quinientos años, lejos del mundanal ruido y próximo
a la antigua Tebas (la actual Luxor), excavar sus sepulturas con el objetivo de
conservar sus cuerpos momificados y guardar lo mejor posible sus innumerables
tesoros, para evitar que fueran saqueados por los ladrones de sepulcros. A día
de hoy se han encontrado sesenta y dos tumbas, entre ellas las del famoso
TutanKamón, por descubrirse intacta tal y como la dejaron los antiguos egipcios
con todos sus tesoros por el arqueólogo inglés Howard Cartel en 1922. Todos ellos
fueron trasladados al museo arqueológico del Cairo, ocupando prácticamente toda
la primera planta. Entre las piezas expuestas se encuentra la famosa máscara
funeraria del faraón; de oro y piedras de adorno como turquesas y lapislázuli,
muy utilizadas por los egipcios en sus obras de orfebrería. A pesar de ser la
tumba más conocida, por la razón ya expuesta, no es la mejor, está sin acabar,
recordemos que este monarca murió a penas cumplidos los dieciocho años. Su
inesperado fallecimiento provocó la necesidad de aligerar el final de las obras
de su sepultura. La mayoría o posiblemente casi la totalidad de los entendidos,
opina que la mejor tumba de todas es la del faraón Seti I (de la que se expone
un vídeo bajado del YouTube en este blog), no es posible su visita, ya que
desde hace años se encuentra cerrada al público, así que tendremos que
conformarnos con ver fotos o vídeos de ella, también se muestra en alguna
película de cine. Los demás enterramientos se pueden visitar, pero está
prohibido fotografiarlos por dentro al público en general. Las únicas fotos que
se admiten en este lugar son exteriores. Una lástima.
El Valle de
los Reyes comenzó a ser considerado como gran necrópolis a partir de la
dinastía XVIII, tiempo en el que fueron enterrados no solo faraones sino
también miembros de la familia real (reinas y príncipes) y grandes
personalidades. El primer monarca que fijó allí su sepultura fue Thutmosis I
(1506-1494 a.C.). Fue declarado
Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, y es uno de los lugares más
visitados del Egipto faraónico desde hace décadas. Muy pocos viajeros europeos hicieron
aparición en el Valle hasta la llegada de la expedición francesa de Napoleón,
cuyo grupo de historiadores exploraría el lugar e incluso identificaría algunas
tumbas. Fue Champollion quién denominó valle de los reyes a este lugar. No
todas las tumbas están abiertas al público, pero sí las que despiertan mayor
interés por sus bellísimas pinturas. Un recorrido por este Valle deja un
recuerdo imborrable, una grata experiencia. Las pinturas que se pueden admirar
en la mayoría de sus tumbas, son delicadas, polícromas y de una bellísima
factura. Inolvidables.
R.R.C.
NOTA: Fotos del autor.