Hacia finales de la década de los 70 del pasado siglo, desconocía la existencia de esta maravillosa daga de adorno, auténtica obra de arte de la orfebrería otomana, cuando por casualidad, vi por televisión la divertida película TOPKAPI, rodada en 1964 y dirigida por un cineasta estadounidense e interpretada por un buen elenco de actores, algunos de ellos muy conocidos como Peter Ustinov, por ejemplo, cuyo objetivo era robarla del museo donde se hallaba expuesta esta espectacular daga. Al final, no lo consiguieron y quedaron todos detenidos. Desde entonces sentí la curiosidad de verla expuesta en su vitrina de seguridad en el palacio-museo de Topkapi, en Estambul, situado en el Cuerno de Oro y el pequeño mar de Mármara con esplendidas vistas al estrecho del Bósforo. Más de 20 años después conseguí visitar esta enorme ciudad y este grandioso palacio, de donde se dirigía el Imperio otomano desde la mitad del siglo XV hasta mediados del XIX.
Pues bien, la contemplé durante todo el
tiempo que pude, ya que presenta innumerables detalles en sus 35 cm de largo,
pues, tanto su funda como su empuñadura son un ejemplo de gran filigrana,
riqueza cromática y refinamiento. Con el propósito de no dejar espacio sin
decoración, es el resultado de una minuciosa tarea de un orfebre turco (aunque
puede que tuviese compatriotas colaboradores) de finales del XVII o principios
del XVIII, según la fuente que se consulte. En su mango destacan tres enormes
esmeraldas colombianas, probablemente, de las minas de Muzo, que salieron a
través del puerto de Cartagena de Indias, y sorteando peligros llegaron al
Mediterráneo oriental. Son trasparentes, de un color verde intenso y de una
gran pureza. La piedra preciosa preferida de los sultanes turcos. Además, está
realizado con oro, diamantes y otras piedras preciosas; no me sorprendería nada
que fuera el puñal más caro del mundo.
La daga formaba parte de un conjunto de
valiosos presentes que Mahmud I (1730-54) regaló al conquistador iraní Nadir
Shah, pero, fue asesinado y ya no pudo recibir el obsequio, y los enviados para
llevar a cabo la entrega regresaron a Estambul sin poder cumplir su misión. Lo
curioso de esta daga, a diferencia de otras, es que fue pensada como un
instrumento para el acuerdo, para sellar un tratado de paz, a pesar de que también hubiera
servido para matar, como las que vemos en la moneda EID MAR DE Bruto que utilizaron
para asesinar a Julio César. En fin, si tienen la oportunidad de ir al Topkapi,
no se la pierdan.
R.R.C.