martes, 8 de abril de 2025

DENARIO DE CÉSAR AUGUSTO


       Esta moneda de plata que no alcanza los 4 g de peso y unos 20 mm de diámetro, fue acuñada, probablemente, en la ceca de Caesaraugusta, la actual Zaragoza, entre los años 19 y 18 a. C. Observamos en su anverso el busto del emperador Octaviano, orgulloso hijo adoptivo de César, con un delicado perfil y con realismo un tanto idealizado. Su cuidada cabellera se encuentra engalanada con una corona laureada con cintas decorativas que caen de la parte trasera. En la leyenda, que rodea el límite del campo de la pieza, aparece simplemente su nombre en latín: “CÉSAR AUGUSTO”. Si le damos la vuelta al denario, vemos una gran estrella de ocho rayos atravesada con la inscripción: “DIVUS IULIUS” (DIVINO JULIO), con una cola de luz en la parte superior conocido como el cometa de César, o como el Gran Cometa del año 44 a.C.

     Durante siete días se estuvo viendo sobre el cielo de la capital del Imperio, lo que fue interpretado por las gentes de la ciudad como el espíritu de César, que ya se encontraba entre los dioses. En consecuencia, el dictador no solo fue divinizado por decreto, ya que el cometa se vio como una prueba de ello. Dataciones actuales han situado la aparición de este astro en el mes de julio, es decir, cuatro meses después de su muerte, que coincide con el mes de su nacimiento, que, por cierto, lleva su nombre. El historiador romano Suetonio, nos informa en la biografía que dedica al personaje sobre este suceso astronómico.

     Para terminar, resulta evidente que Octavio Augusto quiso transmitir con esta moneda propaganda política como hijo adoptivo y sucesor de César. También hay otras monedas con el cometa, acuñadas en cecas de Hispania, hechas con los mismos objetivos propagandísticos. Augusto tuvo tanta suerte durante su mandato que hasta el firmamento se alió con él.

      R.R.C.