martes, 19 de enero de 2016

"Reflejos bus" de Motto Portillo


     Nos encontramos frente a una pintura hiperrealista de 92 x 60 cm. El acrílico sobre lienzo es la técnica empleada en esta obra de reciente creación del artista Francisco Motto. Nacido en Madrid en 1945 muy pronto se trasladó con sus padres a Monzón  en la provincia de Huesca. Él mismo afirma que se inició en la pintura de la mano de su madre e inició cursos de dibujo lineal y artístico en Barcelona, pero primordialmente se considera un autodidacta. Luego participó a lo largo de su vida en varias exposiciones de pintura. Ha trabajado mucho por encargo, motivo por el cual, muchas de sus obras forman parte de colecciones privadas. No obstante, después ha preferido exponer sus cuadros en exposiciones públicas, por la necesidad que siente de compartir con los demás sus interioridades artísticas. En cuanto a la temática que aborda, predomina el paisaje urbano, como es el caso que nos ocupa, interiores, y siguiendo sus propias palabras, el difícil tema de los retratos.
     
     El lienzo que vemos es un paisaje urbano de lo más actual, en el cual, la perspectiva lineal es una de las máximas preocupaciones del autor. Respecto al color, observamos una gama rica en matices, luces y contraluces, con numerosos reflejos y un sol casi cegador que inunda toda la obra, en la que nos muestra una gran riqueza de detalles técnicos. La mirada del espectador queda cautivada por este moderno autobús de línea, aparcado en la plaza Federico Moyua de Bilbao, especialmente por la cantidad de reflejos que nos depara su cristal delantero, en el que podemos identificar con un realismo increíble el palacio Chávarri construido a finales de siglo XIX. Además, nos permite apreciar toda su belleza. Es la luna de este autobús, el elemento escogido por el pintor para exponer al espectador lo que realmente le interesa, pues el mencionado palacio, destaca sobre el resto de edificaciones de la plaza.
     
     Resultan admirables los reflejos distorsionados, como consecuencia de la curvatura del cristal, del paisaje urbano nítido y diáfano, en donde las líneas rectas se transforman en sutiles curvas y todo ello ejecutado con unas perspectivas rigurosas. Este lienzo, como otros muchos del autor, se basa en una instantánea fotográfica que él mismo tomaba. Más tarde, en su taller, reelaboraba la obra hasta conseguir un acabado, yo diría, que de varios megapíxeles, tanto por la cantidad como por la claridad de objetos que nos deja ver. No es un cuadro complejo, pero presenta una gran complejidad su ejecución. Creo, no equivocarme recordando a Hauser, si afirmo: que en éste y otros cuadros del autor, el arte se hace accesible, con menos pretensiones; para el común de los mortales.
      R.R.C.

*Suele denominarse acrílica a cualquier pintura en la que el pigmento esté integrado en una resina sintética. Se asocia al arte contemporáneo a partir de la década de 1950 principalmente en E.E.U.U