Posiblemente la moneda más bella de la historia; una obra de arte en sí misma, aparte de su
valor económico, comercial… Me estoy refiriendo a las monedas acuñadas a finales del siglo V hasta
principios del IV a. de C. en la ciudad siciliana de Siracusa, y más
concretamente por dos auténticos artistas de la época: Euainetos (Ευαινετος) y
Kimon (Κίμων), que conscientes del valor de su trabajo no dudaron en estampar
su firma en las propias monedas. Así que, ya en la misma antigüedad debieron de
tener un valor muy superior a lo que indicaban, es decir, 10 dracmas.
REPRESENTACIÓN CECA (EDAD ANTIGUA) |
De unos 3.5 cm de diámetro, el material
utilizado fue la plata de máxima pureza. Su peso rondaba los 42 gramos. Aunque
son observables las diferencias entre ambos acuñadores, los componentes fundamentales
coinciden, pues muestran el rostro de la ninfa Aretusa (Ἀρέθουσα) en el reverso
y una cuadriga en el anverso. Respecto a la cuadriga, en una escena con gran
dinamismo, un auriga lleva las riendas de los cuatro caballos al galope, a la
vez que la diosa alada Niké (Νίκη) se dirige a colocar la corona de la victoria
sobre su cabeza. Bajo una gruesa línea horizontal* aparecen los utensilios
habituales de un soldado: una coraza en el centro, un casco a la derecha, una
lanza de lado a lado y un par de grebas. En el reverso, Aretusa aparece rodeada
por cuatro delfines que se curvan con sus movimientos, dando la sensación de que
van a abandonar la moneda. Además, vemos escrita la palabra siracusanos
(ΣΥΡΑΚΟΣΙΩΝ). Las mayores diferencias entre los dos acuñadores las
observamos en los rizos del cabello de la ninfa.
*Línea de exergo.
NOTA: La moneda que vemos en la imagen corresponde a Kimon. Podemos ver su nombre sobre el delfín inferior y una K en el turbante encima de su frente.
NOTA II: Imágenes descargadas de Internet.
R.R.C.