El cartucho de la imagen pertenece a esta
reina y es diferente a todos los tradicionales, ya que era una soberana griega
y no se trataba como a los faraones egipcios, pues el escriba se limitaba a
transcribir su nombre fonéticamente con signos jeroglíficos, por lo tanto, no
puede ser traducido como el cartucho de un faraón. Es como si nuestro nombre lo
escribiéramos utilizando los signos de esta bella escritura. Así que, si
transcribimos de derecha a izquierda tenemos: K-L-A-O-P-D-R-A-T, en español
Cleopatra. Por último, el primer signo que vemos a la izquierda con forma de
huevo es un determinativo no legible de nombres de diosas.
R.R.C.
APÉNDICE: COINCIDIENDO CON EL MILLÓN DE VISITAS. Hoy, 30-10-2023 complemento esta entrada con la firma de la última reina de Egipto.
De los
poquísimos documentos que tenemos firmados de la antigüedad es este uno de
ellos. Descubierto a principios del siglo XX y conservado en la capital
alemana, tuvo que esperar al primer año del siglo siguiente para ponerlo en
valor (como tanto les gusta decir a políticos y periodistas de hoy en día),
pues contiene al final del texto y de manera separada, el visto bueno escrito a
puño y letra de la mismísima Cleopatra VII, la última reina de Egipto, amante
de Julio César y Marco Antonio, ya que ambos estaban casados con las romanas
Calpurnia y Octavia.
Tanto el texto como lo que podríamos
considerar su firma aparecen en griego. El primero por un funcionario de la
corte con letra claramente distinta a lo que sería su refrendo, para evitar
falsificaciones. La información que nos transmite el papiro es una serie de
exenciones de impuestos a un amigo muy cercano a Marco Antonio, sin más
información relevante (en la actualidad se vería como un claro tráfico de influencias). Fue escrito a principios del año 33 a. C. cuando ya estaba
próxima la batalla de Accio que puso fin a la vida de ambos amantes.
En el escrito podemos ver remarcado en
rojo en la parte inferior la palabra en griego γινέσθω,ι que anotada con el alfabeto latino sería: ginésthōi, y
una vez traducida al español: “Hágase”,
lubricado a puño y letra por la propia reina.
R.R.C.