El monte de Santa Tecla de 340 metros de
altitud se encuentra situado en la localidad de La Guardia, provincia de
Pontevedra, en la desembocadura del río Miño que separa este municipio de
Portugal. Las vistas que se pueden observar desde aquí son espectaculares,
siempre que la niebla no te lo impida. Cuando ascendemos nos encontramos con un
castro, nombre con el que se conocen estos pequeños poblados celtas, que solían
estar establecidos en lugares estratégicos y de fácil acceso a recursos
naturales. Este que nos ocupa se comenzó a excavar a principios del siglo XX,
su número de moradores parece escaso, no sobrepasaría los 300 vecinos.
Tuvo una ocupación continuada entre los siglos I a. C., al poco de comenzar el
proceso de romanización de Galicia, y el siglo I d. C., y a partir de ese
momento comenzó un lento proceso de abandono. Se encontraba amurallado y presenta una forma
desordenada y sin apenas espacio entre las viviendas, la
mayoría de ellas pequeñas, circulares y cubiertas de brezo o paja, el grosor de
sus paredes suele ser bastante uniforme, sobre 40 cm de media. Se asientan
directamente sobre la roca madre y sus muros estarían recubiertos con un
mortero de cal y arena tintados de distintos colores. En su interior era donde
se desarrollaba la vida cotidiana. Algunas presentan bancos adosados y su pavimento podía ser de tierra pisada, o de losa. Fue declarado Monumento
Histórico Artístico en 1931 y también tiene la consideración de Bien de Interés
Cultural.
R.R.C.