Es un cuadro que
pertenece a una colección privada y presenta una medidas de 93,4 por 113,2
centímetros. Pintado por Sorolla para una exposición que se llevó a cabo en
EEUU -Nueva York- en 1909, será subastado por Christie's el 15 de junio de este
año en Londres. Es, sin duda, una de las obras más importantes del artista
valenciano. Realizada en el verano de 1908, logró enamorar a los norteamericanos
con lienzos como éste de mar y playa, con niños jugando y disfrutando de un día
soleado en el litoral valenciano, en donde recoge, como ningún otro, esa luz y
color tan especial del Mediterráneo. Los niños son en muchas ocasiones los
protagonistas de sus pinturas, destacando en ellos la inocencia y la gracia de
esta etapa de la vida.
El tema del
cuadro no presenta ninguna complicación, es muy simple: tres niñas que son hermanas,
según nos dice el título de la obra, cogidas de la mano por la orilla de la
playa disfrutando de un hermoso día. Una, aparece recortada por la izquierda y a
punto de moverse, mientras las dos menores, más estáticas y centradas, observan
los movimientos del agua del mar a sus pies. Llama la atención que no hay
línea de horizonte, y todas las figuras aparecen desplazadas hacia la izquierda
de la composición, dejando libre así más de la mitad del lienzo para dedicarlo al mar un tanto
agitado, y a una luz vibrante.
Las pinceladas
largas, sueltas, amplias, rápidas y esmaltadas; típicas del autor, llenan esta tela de luz y color de una manera muy
efectista. La arena húmeda se comporta como un espejo al reflejar los cuerpos
de las niñas, un efecto lumínico que podemos contemplar en otros cuadros de
Sorolla (“Niños en la playa” comentado en este blog). Por último, no se puede
olvidar el sentimiento humano que esta obra maestra transmite al espectador,
por el profundo conocimiento que el artista muestra tener del mundo infantil.