Es uno de
los 36 anillos que se encontraron en la momia de este faraón que gobernó Egipto
entre el 1039 y el 991 a. C. Al hallarse su tumba intacta por el arqueólogo
Pierre Montet en 1940 apareció con todas sus joyas. La que vemos en la imagen la portaba en su dedo pulgar, y es una sortija de oro macizo y piedras de adorno como cornalina, lapislázuli y
pasta de vidrio. Destaca el gran cartucho central que lleva grabado en
lapislázuli su Nombre de Nacimiento, y que se encuentra flanqueado por dos
filas de piedras de adorno. En el resto del anillo se emplean las piedras
mencionadas dispuestas de manera geométrica, que lo dotan de una gran
vistosidad y colorido. Su estado de conservación es tan admirable que todavía
se podría utilizar. Por último, como el resto del tesoro de este soberano se
encuentra en el Museo de El Cairo.
R.R.C.