El historiador judío del siglo I Flavio
Josefo y su crónica “Antigüedades
Judaicas” escrita hacia el año 93
o 94, en la que narra la historia del pueblo judío. En los párrafos 63 y 64 del
capítulo XVIII, que se conocen con el nombre de Testimonio Flaviano habla de
Jesús de Nazaret. Dice lo siguiente:
“Por ese tiempo existió Jesús, un
hombre sabio, si es que hay que llamarlo hombre. Era, en efecto, hacedor de
obras extraordinarias y maestro de hombres que acogen con placer la verdad.
Atrajo a sí a muchos judíos y también a muchos griegos. Él era el mesías
(cristo). Aunque Pilato, por denuncias de los hombres principales entre
nosotros, lo castigó con la cruz, no lo abandonaron los que desde el principio
lo habían amado. Él, en efecto, se les apareció el tercer día nuevamente vivo,
pues los divinos profetas habían ya dicho éstas y otras muchas cosas admirables
acerca de él. Y todavía ahora sigue existiendo la tribu de los que por éste son
llamados cristianos” (XVIII 63-64).
Siguiendo al profesor doctor Antonio
Piñero experto en cristianismo primitivo y agnóstico declarado, si quitamos a
este párrafo lo que parece seguro que fue una interpolación llevada a cabo por
copistas cristianos de los primeros siglos, del IV probablemente, el texto
quedaría como sigue:
“Por ese tiempo existió
Jesús, un hombre sabio. Era, en efecto, hacedor de obras extraordinarias y
maestro de hombres que acogen con placer la verdad. Atrajo a sí a muchos judíos
y también a muchos griegos. Aunque Pilato, por denuncias de los hombres principales
entre nosotros, lo castigó con la cruz, no lo abandonaron los que desde el
principio lo habían amado. En efecto, todavía ahora sigue existiendo la tribu
de los que por éste son llamados cristianos” (XVIII 63-64).
Este último texto encaja perfectamente con
el pensamiento y trayectoria del historiador judío.
NOTA: Extracto de la entrada de este
mismo blog: “La existencia histórica de Jesús” (publicada el 1 de diciembre de 2014).
R.R.C.