Personalmente
he tenido la ocasión de visitar numerosas ciudades de época romana, tanto en
España como fuera de ella, y respecto al tema del que voy a tratar en esta
entrada; de cómo eran sus aseos públicos, los mejores que he visto son los de
la ciudad de Éfeso, situada en Asia Menor, ya que presentan un estado de
conservación excelente, e incluso, se podrían volver a utilizar de nuevo con
una reparación razonable. En este caso, la palabra público alcanza su máxima
expresión, pues estos edificios eran auténticos puntos de encuentro de la
sociedad romana y lugares de reunión y conversación, donde se hacían las
necesidades más íntimas, sin ningún pudor y a la vista de todos, mientras se
conversaba con el vecino de letrina de política, asuntos cotidianos, o de
cualquier otro tema que se considerase oportuno. Ahora hablaríamos del próximo
Madrid-Barça, del último caso de corrupción, de la siguiente subida de
impuestos que Montoro (ministro de Hacienda) nos tiene reservada, o cual será
el próximo recorte al que llamarán reforma. No había ningún tipo de separación,
ni mampara, ni obstáculo alguno que impidiese la visión del que estaba
realizando las necesidades que la naturaleza nos impone. Ni que decir tiene,
que los había de hombres y mujeres.
Como ponían las posaderas directamente
sobre la fría piedra de la que estaban hechos estos aseos, los más, digámoslo
así, delicados calentaban el sitio con las posaderas del esclavo que tomaba
asiento primero. Los excrementos caían a través de un agujero hecho al efecto,
a una corriente de agua permanente que recorría por el interior todos los
servicios situados en fila, como podemos ver en la fotografía que yo mismo
tomé de los aseos públicos de Éfeso y que acompaña esta entrada. Un canal de
agua en el suelo situado frente a las letrinas, servía para lavar las esponjas
de mar sujetas en el extremo de un palo y que les valía para limpiarse
(recuerdo al lector, que el papel higiénico es un invento muy posterior a esta
época y, dicho sea de paso, un invento práctico donde los haya). De lo que ya
no estoy seguro, es si las esponjas eran privadas de cada cliente, o
pertenecían al aseo público, aunque imagino, que esta última opción era la más
probable (no creo que la gente se pasease por la calle con semejante utensilio,
como si de una pertenencia más se tratara). También ofrecían estos lugares una
fuente para lavarse las manos. En la ciudad de Roma había decenas de estos
aseos distribuidos por toda la urbe, se calcula que en el siglo IV se
encontraban en servicio unos 150 con unas 4000 plazas.
Por lo escrito hasta ahora, podemos deducir que los servicios públicos romanos, además de utilizarse para efectuar un acto fisiológico, servían para realizar una actividad social más, de las muchas y variadas que tenían los habitantes de aquella época. No sólo en las famosas termas a las que eran tan aficionados se hacía vida colectiva. Por otra parte, todo esto demuestra que esta civilización tenía una gran preocupación por la higiene, como prueba la existencia de otras construcciones que había en las ciudades y que se hacían con este objetivo. La capital del Imperio fue posiblemente la primera ciudad del mundo en tener agua corriente y un sistema de alcantarillado muy eficaz. Pronto se extendió a otras ciudades gobernadas por Roma.
R.R.C.Recreación de aseo público romano (bajada de Internet) |
Por lo escrito hasta ahora, podemos deducir que los servicios públicos romanos, además de utilizarse para efectuar un acto fisiológico, servían para realizar una actividad social más, de las muchas y variadas que tenían los habitantes de aquella época. No sólo en las famosas termas a las que eran tan aficionados se hacía vida colectiva. Por otra parte, todo esto demuestra que esta civilización tenía una gran preocupación por la higiene, como prueba la existencia de otras construcciones que había en las ciudades y que se hacían con este objetivo. La capital del Imperio fue posiblemente la primera ciudad del mundo en tener agua corriente y un sistema de alcantarillado muy eficaz. Pronto se extendió a otras ciudades gobernadas por Roma.
NOTA. Foto del autor