Son
líneas imaginarias que aparecen en los mapas y unen diferentes puntos de la
superficie que se encuentran a la misma altura, además, son líneas cerradas y
nunca pueden cortarse unas a otras ni bifurcarse. Cuanto más fuerte es la
pendiente, más próximas entre sí se encontraran las curvas de nivel. Las podemos
dividir en dos clases: unas líneas más gruesas que denominamos curvas maestras,
de las que se traza una de cada cinco y en las que se indica la altura que le
corresponde; y otras más finas, en las que ya no sería necesario especificar su
correspondiente altura. Luego, las curvas de nivel, nos proporcionan una imagen
muy precisa y completa del relieve.
Para leer un mapa de este tipo, es preciso
conocer la equidistancia de las curvas, es decir, la diferencia de altitud que
separa dos curvas de nivel seguidas y debe de ser constante en todo el mapa. Se
dice por ejemplo, que la equidistancia es de diez metros, cuando las curvas
pasan por las alturas de 0 metros, 10 metros, 20 metros, 30 metros… y así
sucesivamente. Cuanto mayor sea la escala del mapa, la equidistancia será menor,
y a la inversa, cuanto menor sea su escala, las curvas mantendrán una mayor
equidistancia. R.R.C.