En la ciudad
egipcia de Edfu, situada a unos noventa kilómetros al sur de Luxor, y de unos
cincuenta mil habitantes en la actualidad, se levanta este impresionante templo
de época Ptolemaica, comenzado a construir exactamente el veintitrés de agosto
del año 237 antes de J.C. dedicado al dios Horus, y finalizado en el año 57
antes de nuestra era. Es el segundo templo más grande de Egipto después del de
Karnak, y posiblemente el mejor conservado. Su uso se extendió hasta el reinado
del Emperador Teodosio, cuando en el 391 prohibió el culto no cristiano. Así
que, durante siglos quedó enterrado bajo las arenas del desierto y los lodos
que depositaba el río Nilo, hasta que a mediados del siglo XIX, el egiptólogo
francés Mariette empezó a liberarlo de la arena y, con ello, a descubrirse su
esplendor de antaño. Son muy valiosas las inscripciones de sus muros y paredes,
por la información que aportan sobre la mitología y la religión egipcia en el
período grecorromano.
R.R.C.
R.R.C.