Un kylix (κύλιξ) es un tipo de cerámica con forma de copa que en la antigua Grecia se usaba para beber vino. El que podemos ver en la imagen de color blanquecino procede de la región del Ática y fue elaborado hacia el 480 a. C. por un artista sobre el que existen dudas acerca de su nombre. Aprovechando que los fondos de estas copas eran casi planos se usaban para decorarlos con alguna representación, que se iba descubriendo conforme se degustaba el preciado líquido de Dioniso.
En la escena que contemplamos aparece Apolo sentado sobre una silla de tijera con patas de león haciendo una libación. Con su mano derecha derrama el vino de un cuenco, mientras que con la izquierda porta un arpa con un caparazón de tortuga. Sobre su cabeza lleva una corona de laurel o mirto y recoge su cabello con un moño un tanto descuidado. Con un chitón sujeto con hebillas sobre los hombros y cubierto con un espeso mantón rojo cubre su cuerpo. Dos simples sandalias protegen sus pies.
El cuervo que se sitúa frente a él es un portador de malas noticias y será castigado por ello (en un claro ejemplo de culpar al mensajero por tu propia desgracia), ya que le transmitió la información de que su querida amante Coronis le había sido infiel con un joven, mientras el dios se encontraba en el santuario de Delfos. El castigo debió producirse por haber actuado como un simple observador y no intervenir atacando a la pareja para que no se consumase la traición. Así que, a partir de ahora los cuervos dejarán de tener su plumaje blanco y lo cambiarán por un plumaje negro y serán considerados pájaros de mal agüero, o sea, portadores de malas noticias. Este es el precio que tuvieron que pagar por no satisfacer al dios Apolo con su servicio. En fin…
R.R.C.