Esta moneda judía de plata de poco más de 14 g presenta un estado de conservación magnífico. Fue acuñada en el 133-4 d. C. durante la segunda revuelta judía contra los romanos liderada por Simón Bar Kojba, "el hijo de una estrella", la cual comenzó en el año 132 hasta finales del 135 de nuestra era, en la que fueron masacrados por las tropas enviadas por el emperador Adriano. Hay que tener presente que el hecho de emitir moneda sin autorización estatal, en este caso de Roma, fue considerado un acto de la máxima hostilidad. Además, estas piezas presentan el valor añadido de ser las últimas elaboradas por los judíos en su tierra hasta el establecimiento del Estado de Israel en 1948.
En el anverso apreciamos de manera esquemática el antiguo Templo de Jerusalén, cuya fachada presenta cuatro columnas con basa y capitel y una techumbre arquitrabada. Sobre él se observa la estrella de Bar Kojba. En su interior se exhibe “la mesa del pan para la proposición” descrita con todo tipo de detalles en el cap. 25 del Éxodo* (con patas cortas y curvada en la parte superior se muestra en la moneda). Sobre ella doce panes colocados en dos filas de seis que representaban a las doce tribus de Israel. Cada semana los sacerdotes comían este pan ante la presencia simbólica de Dios y eran reemplazados por otros recién hechos. También se ha propuesto que esta imagen encarna el Arca de la Alianza, en cuyo interior se encontraban las Tablas de la Ley que Moisés entregó a su pueblo. Además, en hebreo antiguo graban Jerusalén. Mientras que el reverso aparece marcado con símbolos agrícolas que hacen alusión a una tradición judía: “La Fiesta de la Cosecha” acompañados por el texto: “Año dos de la liberación de Israel”.
*Y que podemos complementar con el cap. 24, 5-9 del Levítico.
R.R.C.
Shekel
La moneda que vemos en la imagen de una
calidad excelente está acuñada en la ceca de Jerusalén, una vez empezada la
primera revuelta de los judíos contra la dominación romana, más concretamente
en el año 69 de nuestra era. El material utilizado fue la plata y debe de andar
en torno a los 14 g de peso y 2.5 cm de diámetro. Esta primera guerra contra Roma
comenzó en el año 66 y finalizó con la destrucción y saqueo del templo de
Jerusalén y la toma de Masada en el 73 d. C. El emperador Vespasiano emitió monedas que celebran las victorias
obtenidas en Judea.
En su anverso vemos un típico cáliz judío
de borde perlado con la leyenda en hebreo “shekel de Israel”. Mientras que en
el reverso aparece en el mismo idioma “Jerusalén la Sagrada” y se muestran tres
granadas saliendo de un mismo tallo. La granada, como alegoría de la
fertilidad, era un símbolo de Judea, además de otros pueblos mediterráneos,
también las utilizaban los sacerdotes para decorar el Templo, según nos informa
Flavio Josefo. En ambas caras lo que vemos son símbolos bíblicos, lo cual nos
indica el peso de la religión en la sociedad judía de la época. Una grafila
bien centrada corrobora igualmente la calidad de esta pieza.
Tan solo recordar que el hecho de emitir
una moneda de plata, y más de estas dimensiones, era una declaración de guerra
a la autoridad romana, pues no estaban autorizados para ello.
R.R.C.
EL ÓBOLO DE LA VIUDA
Llamando Jesús a sus discípulos, les dijo: En verdad os digo que esta viuda pobre ha echado más en el gazofilacio que todos los otros, pues todos han echado algo de lo que les sobraba; ella, en cambio, en su necesidad, ha echado todo lo que tenía, todo su sustento (Marcos, 12). Luego, se convirtió para Jesús en la moneda más valiosa de todas, pese a que todos sabemos la aversión que Él sentía por el dinero, cuando pidió que le mostrasen un denario con la cara del césar, para no tener que tocarlo. Siguiendo dicho evangelio, Jesús se encontraba en el Atrio del Templo descansando cuando observó que la pobre viuda se acercó al gazofilacio (en España le llamamos cepillo) y depositó dos pequeñas monedas, las de menor valor que circulaban en ese momento por Jerusalén.
Se ha especulado mucho sobre cuáles
podrían ser, y se ha llegado a la conclusión mayoritaria de que se trataba de
dos leptones, que equivalían a un prutah (óbolo). Todas aquellas monedas que el
Templo no aceptaba como limosnas quedan eliminadas, lo cual allana el camino
para pensar que se trataba de estas piezas, aunque fuesen muy antiguas, ya que
tendríamos que remontarnos a los tiempos del rey y sumo sacerdote Alejandro Janneo,
que vivió entre el 127 (rey de Judea desde el 103) y el 76 a.C., el que mandó
acuñar estas monedas en la ceca de Jerusalén.
En lo que me parece el anverso observamos
con cierta claridad un ancla invertida con una leyenda en griego rodeándola.
Respecto al reverso, vemos una estrella de ocho puntas en el interior de una
diadema con una inscripción en hebreo. El material empleado era el bronce y su
diámetro de poco más de un centímetro, aunque no eran completamente circulares.
R.R.C.
NOTAI: Añadida esta segunda moneda el 31-5-2024
NOTAII: Añadida esta tercera moneda el 2-6-22024.
NOTA III: Imágenes bajadas de Internet.