Irving Finkel, experto en escritura mesopotámica del Museo Británico, establece las reglas de este pasatiempo, para lo cual se ayudó de una tablilla cuneiforme descubierta muchísimos años después en el siglo II a. C. y que se muestra a la derecha del juego. Participaban dos jugadores con siete fichas cada uno negras y blancas. Se empleaban tres dados en una especie de carrera, en donde un jugador perseguía al otro. Ganaba el que sacara primero todas sus fichas del tablero de veinte cuadros, para lo cual deben de lanzar los dados con el objetivo de avanzar en esta entretenida competición. Las normas completas para echar una partida las podemos buscar en la red. Por último, en Internet se ven réplicas bastante certeras de este milenario juego, que también se puede adquirir en la tienda del propio museo.
Justo en la vitrina anterior se encuentra el conocido estandarte real de Ur. Igualmente descubierto por el arqueólogo británico Leonard Woolley cuando halló las tumbas reales de esta ciudad de Oriente Medio, mil años más antiguas que la de Tutankamón.
R.R.C.
NOTA: Fotos del autor