Antiguamente, en la cultura greco-romana y también en la persa se elaboraron en grandes cantidades, lo que indica, que eran muy apreciados por las clases adineradas. En la Edad Media fueron olvidados, para volver a renacer a partir del siglo XV, especialmente en Francia. En la actualidad han caído en desuso, digamos, que no están de moda, pero se siguen elaborando y tienen su público.
Como ejemplo de lo expuesto, podemos ver un camafeo hecho en París a finales del siglo XVIII, en el que aparece el rey Ptolomeo II de Egipto asimilado a Alejandro Magno, realizado por el orfebre Josias Belle en calcedonia gris y con una montura en oro esmaltado.
R.R.C.
La primera vez que la vi me recordó la chapa
de un botellín de cerveza o de un refresco, por esa forma redondeada y polilobulada
que presenta. Es un anillo sello bizantino de un tal Leoncio, como podemos leer
en la segunda línea de la inscripción griega que muestra su bisel. La
traducción que nos ofrece el Museo Metropolitano de Nueva York, propietario y
exhibidor de la pieza, dice como sigue: "Señor ayuda a Leoncio, Patricio y
Conde de Obsikion imperial custodiado por Dios". El oro fue el
material que se utilizó para realizarla alrededor del año 1000, la cual
presenta una circunferencia interior de 5,3 cm de diámetro.
R.R.C.
Apéndice. Añadido el 28-5-2021
EL ANILLO DE CALÍGULA
Este
impresionante anillo de oro y zafiro hecho en una sola pieza se le atribuye
tradicionalmente al emperador Calígula, aunque según entendidos en la materia
no concuerda mucho con los típicos de su época. Por lo tanto, tiene una
antigüedad de casi 2000 años si aceptamos que perteneció a este emperador. Por
otra parte, el rostro femenino que aparece tallado en el zafiro del anillo parece
que se trata de su cuarta esposa Cesonia, al menos hay bastante consenso al
respecto. Según los historiadores clásicos ambos tenían una extravagancia y
desenfreno sexual similar, llegando a ser presentada desnuda por el propio
emperador a sus amistades más próximas. Ambos disfrutaban de la exhibición.
El maestro artesano que elaboró esta joya
demostró una habilidad y paciencia enorme, máxime, si tenemos en cuenta la
dureza del material que empleó para realizar el anillo, nada menos que zafiro
que tiene dureza 9 en la escala de Mohs, tan solo por debajo del diamante que
es el mineral natural más duro que se conoce. No hay que confundir dureza
(resistencia de un cuerpo a ser rallado por otro) con fragilidad, es decir,
facilidad para romperse. Sobre un peinado alto muy elaborado del personaje,
coloca una lujosa corona redonda. Su rostro de perfil claramente definido con: ojo, nariz, boca
entreabierta y mentón prominentes. Con rotundos pliegues en su vestimenta
finaliza la efigie de la representada.
Para poder trabajar así el zafiro debió de
utilizar alguna herramienta con diamante, ya que es el único elemento que podía
rayarlo y ya se conocía en aquella época. No obstante, no lo podían tallar por
su extremada dureza. En fin, una de esas obras que nos ha legado el mundo
antiguo y que todavía hoy nos siguen maravillando por la dificultad que entraña
su ejecución. Impresionante.
R.R.C.
Nota: Imágenes descargadas de Internet