Esaú cambiando su herencia por un plato de lentejas a Jacob |
El antropólogo británico J.G. Frazer, ya mencionado por mí en otras entradas de este blog, plantea la hipótesis de que en los períodos más antiguos de la historia del pueblo de Israel, estaba instalada la costumbre de que el menor de los hermanos heredase cuando moría el padre las posesiones de éste, y no el mayor como ocurría más adelante, es decir, que el derecho que podríamos denominar de ultimogenitura fue previo al de primogenitura. Más tarde, cuando se puso por escrito la historia de épocas más antiguas, la ultimogenitura ya había desaparecido y los narradores no alcanzaban a entender que esa situación, que ya no se llevaba, hubiese existido con anterioridad, y tuvieron que buscar toda una serie de estratagemas y rodeos para poderla explicar, o en su caso justificar.
Tras el estudio
que realiza nuestro autor de diversas tribus de Asia y de África y su
comportamiento con respecto a este derecho, se siente autorizado a concluir que esta práctica es compatible tanto con la vida de un pueblo sedentario y
agrícola, como con la de un pueblo de pastores, aunque es más propia de los
primeros. Su razonamiento es como sigue: “a medida que crecen los hijos de una
familia van abandonado el techo paterno y abriendo en la jungla o en los
bosques campos nuevos para el cultivo, hasta que por fin sólo queda con los
padres en la casa familiar el más joven de los hijos; él es, por consiguiente,
el báculo natural de los padres y el que los cuida en su vejez. Esa parece ser
la explicación más natural y sencilla de la costumbre de la ultimogenitura (…).
La norma resulta así natural y justa si el hijo más joven es el único que vive
en casa de los padres a la muerte de éstos”.
La explicación
anterior también nos serviría para entender la costumbre de los antiguos
hebreos, y las razones por las cuales siguieron existiendo trazas de
ultimogenitura mucho tiempo después de
haber sustituido ésta por la primogenitura, cuando dejaron la vida nómada de
pastores por tierras desérticas, por la vida sedentaria de agricultores en
Palestina. De ahí que el escritor bíblico quedase sorprendido cuando observó
esta vieja práctica ya en desuso.
El historiador y
folclorista australiano, fallecido hace ya casi cien años, Joseph Jacobs confirma que en virtud de una antigua ley judía, el hijo más joven (en este
caso se refiere al patriarca Jacob) tenía derecho a la herencia paterna, y que
la estratagema y demás engaños empleados para hacerse con ella es una glosa
añadida por el escritor bíblico, para poder justificar una transacción que no
comprendía y, que de alguna manera, había que justificar. Con esta explicación,
J. Jacobs trataba de limpiar la dudosa conducta que sigue el antiguo patriarca
de Israel para arrebatar la herencia a su hermano mayor.
Si hacemos un
breve repaso a esta tradición en el Antiguo Testamento, podemos observar que
ocurre en diversas ocasiones. Veamos:
Para empezar,
dejar claro que si Jacob suplanta a su hermano mayor Esaú en la bendición de
su padre, y después le arrebata la herencia a cambio de un plato de lentejas aprovechando un momento de debilidad de su
hermano, no hizo otra cosa que defender un derecho del que todavía, al menos, quedaba
algo: el de ultimogenitura. Por otra parte, siguió el ejemplo de su padre
Isaac, que era uno los hijos menores de Abraham y pasó por delante de Ismael,
que era su hermano mayor. Jacob también aplicó esta norma a sus hijos y nietos.
En primer lugar, la misma Biblia dice que prefería a José, el penúltimo de sus
hijos, si es que no era el menor y Benjamín fue una añadidura posterior. Más
adelante, cuando Jacob bendice a sus dos nietos, hijos de José, mostró
preferencia por Efraím, el más joven, frente al mayor Manasés. Así que, un
defensor de Jacob lo tiene fácil, toda su vida tuvo una conducta similar y
mostró una gran coherencia en su preferencia por los más jóvenes.
El que siglos más
tarde fue el rey David, también era el hijo más joven de su padre y, sabiéndolo
el profeta Samuel, lo bendijo y lo nombro sucesor en vida del rey Saul (que no
era su progenitor, y que tenía otro hijo que hubiese podido sucederle). Y aún
más, David era el menor de dos mellizos.
¿Y qué hizo el
rey David? Legar la corona a Salomón, uno de sus hijos menores, apartando de
ella a Adonías, mayor que su hermano y que la reclamaba en herencia.
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R.R.C.