Se denominan vanguardias
históricas a un conjunto de movimientos artísticos de principios del siglo XX,
que han estado al frente de la renovación del lenguaje y la producción
artística, con una cambio radical en las formas y contenidos que parten de una reflexión autónoma sobre el
propio concepto de arte. Estas vanguardias históricas se han expresado a través de distintos
movimientos que, desde planteamientos estéticos
divergentes, abordan la
renovación del arte y la función social de éste. Las vanguardias desarrollan
recursos que cuestionan, distorsionan y renuevan los lenguajes, modos y
estructuras más aceptados de
representación y expresión artística.
Una
mayor o menor actitud provocadora es una de las características visibles de las
vanguardias históricas, Se publican distintos Manifiestos en los que se hace un critica, a veces
muy dura y exacerbada, de todo lo
producido anteriormente. Lo anterior,
desde el punto de vista artístico, se desecha por desfasado; al mismo
tiempo que se reivindica lo original, lo lúdico, el desafío a los modelos y valores existentes
hasta el momento.
Surgen
diferentes movimientos vanguardistas con variados fundamentos estéticos, aunque
con denominadores comunes como la lucha contra las tradiciones procurando el
ejercicio de la libertad individual y la innovación. También un deseo hacia la
audacia y libertad de la forma y, por supuesto, el carácter experimental y la
rapidez con que se suceden las propuestas unas tras otras. Se expresa la
violencia y la agresividad violentando las formas y utilizando colores fuertes
y se realizan diseños geométricos y la visión simultánea de varias
configuraciones de un objeto. En la pintura va a ocurrir una huida del arte
figurativo suprimiendo el realismo y la
personificación.
Estos
movimientos artísticos renovadores, se denominan expresionismo, cubismo, futurismo, dadaísmo surrealismo, etc., Las
vanguardias históricas se gestan en torno a 1910 y su desarrollo alcanza hasta
el final del período de entreguerras. Se produjeron en Europa en las primeras décadas del siglo XX,
desde donde se extendieron al resto de los continentes, principalmente
hacia América.
La
característica primordial del vanguardismo es la total libertad expresiva que
se manifiesta alterando la estructura de las obras, abordando temas tabú, no trabajados antes y desordenando los
parámetros y lenguajes creativos. En
arquitectura se desecha la simetría para dar paso a la asimetría; en pintura se
rompe con las líneas, las formas, los colores neutros y la perspectiva.
Peter Bürger, uno de los teóricos más influyentes sobre el arte
vanguardista, en su reconocida obra “Teoría de la
vanguardia”, explica que el empleo del concepto “obra de arte”,
referido a los productos de vanguardia, plantea algunos problemas. Bürger
distingue como "auténticas" vanguardias, a aquellos movimientos que
orientaron su confrontación hacia la institución arte y la dimensión política
del accionar artístico en la sociedad; y concentraron sus innovaciones en la
búsqueda de nuevas funciones y relaciones de poder.
Para el escritor y crítico de arte Mario de Micheli, buscar una
explicación a las vanguardias artísticas europeas investigando sólo acerca de
las mutaciones del gusto es una empresa condenada al fracaso. El arte
vanguardista nos informa acerca de formas individuales de rebeldía ante el
gusto artístico vigente. Su experimentación se basa muchas veces en lenguajes exclusivos,
descontextualizados o emancipados con respecto a lo que determina la
conservación de la cultura establecida y el servicio a las instituciones
MANUAL DE HISTORIA DEL ARTE