Avenida Nevski |
La amplia avenida paralela al caudaloso e impresionante río Neva depara multitud de sorpresas, no sólo por sus magníficos edificios, a los que hay que añadir todos aquellos que se pueden contemplar desde los márgenes del río, pues nos podemos encontrar con dos monumentales esfinges egipcias de verdad, ya que fueron traídas del país de los faraones y las ubicaron en la margen derecha del Neva. El cauce del rio es tan amplio y profundo que también se encuentran atracados grandes barcos de crucero actuales. Pero por su historia y participación en la Revolución de 1917, merece la pena visitar el buque Aurora, destinado a museo y en excelente estado de conservación. También produce un especial placer hacer un recorrido por los canales que recorren la ciudad para desembocar en el río, en uno de los numerosos barcos que surcan sus aguas.
Catedral de San Isaac |
Un palacio que encontramos en el centro de la ciudad, que
tiene una larga historia, en una de sus habitaciones fue envenenado con dulces
el excéntrico y siempre controvertido
Rasputín, la noche del 29 al 30 de diciembre de 1916 para acabar con su
influencia sobre la zarina, es el Palacio Yusupovsky (de Yusupov) ubicado en el
malecón del río Moika, es uno de los monumentos de clasicismo más hermosos en
San Petersburgo. Se
exhiben entre otros objetos las figuras de cera representando los
participantes en este asesinato.
Mención
aparte merece el Museo del Hermitage que es el principal museo de la ciudad de
San Petersburgo y de Rusia, y uno de los más famosos y más grandes del mundo.
La colección de la galería ocupa un complejo formado por seis edificios
situados a la orilla del río Neva, siendo el más importante de estos el famoso
Palacio de Invierno, residencia oficial de los antiguos zares. El museo se
formó con las piezas privadas que fueron adquiriendo los zares durante varios
siglos, y no fue hasta el año 1917 cuando fue declarado Museo Estatal. La
recopilación de objetos que se expone en su interior es enorme y de una gran
variedad. Su pinacoteca está considerada, junto con el Museo del Prado, como la
más completa del mundo. El interior de la arquitectura por sí misma es una obra
de arte impresionante, aunque no hubiese nada expuesto en sus salas y
estuviesen vacías, sería una maravilla visitarlas. Escribir sobre el
Hermitage daría para varios libros,
tanto la construcción, como las obras allí expuestas. Si pensamos visitarlo,
sobre todo en verano, debemos de reservar entrada para evitar las colas
interminables que se forman y una vez dentro, si sabemos evitar las visitas de
grupos, lo podremos ver con una relativa comodidad.
Para terminar
esta breve exposición decir que San Petersburgo no acaba aquí, es mucho más, pero yo tenía que concluir.
R.R.C.
Nota curiosa añadida el 8-8-2018: LOS GATOS DEL HERMITAGE
El Museo del Hermitage de San Petersburgo
en Rusia es uno de los mayores y más prestigiosos museos del mundo, comparable
a las galerías del Louvre, British o Metropolitan. Ya desde el
siglo XVIII se vio la necesidad de que estos felinos deambularan por allí, y en
la actualidad unos 65 gatos habitan en sus sótanos atendidos por cuidadores,
con el fin de ahuyentar a roedores que podrían dañar miles de obras de arte que
allí se depositan. Salvo el paréntesis de la II GM (en el que murieron todos),
estos animales han estado presentes en los subterráneos y alrededores del museo
desde su fundación. Son gatos procedentes de la calle, y cuando tienen
excedentes les encuentran familias dispuestas a acogerlos; eso sí, con un
certificado que les garantiza que han sido gatos custodios del Hermitage. Todo
un lujo.
Fue la emperatriz Catalina la Grande la
que concedió a los felinos el estatus de “guardianes” del museo, que ella misma creo
hace poco más de 250 años. “Los gatos se han convertido en protagonistas
importantes de la vida del museo, forman parte de la leyenda e historia del
Hermitage”, afirma su director.
R.R.C.
Nota: Avenida Nevski, Catedral de San Isaac y los gatos del Hermitage bajadas de Internet. Las demás, fotos del autor.